—No te preocupes Martín, que aunque me duele ya me estoy acostumbrando a esto, es lo que suele hacer constantemente, es como que si me repudiara tanto que no soporta la idea de estar cerca —dijo Sally —a veces solemos tener conversaciones tolerables, pero después se comporta como si me despreciara, no te sientas mal, te repito que ya estoy acostumbrada.

_Bien, al ver esta situación no sé si deba aconsejarte que para tu cumpleaños intentes hacer otra cosa, es decir que no pongas todas tus esperanzas en lo que tienes planeado —espeto Martín —quisiera decir que va a funcionar, pero seguramente para ese día sentirás diferente el dolor e incomodidad, que te producirá su rechazo, es un día especial, por ende te dolerá un poco más.

—Puede que tengas razón, pero aún así me quiero arriesgar, presiento que va a funcionar, presiento que él no es tan malo como para dejarme el día de mi cumpleaños sola en este lugar —argumento Sally —plantada sin la presencia de mis padres y sin su presencia, qué