Abri despacio la puerta del dormitorio, sali fuera fijandome en los muebles que había, la gran escalera, bajando despacio encontrándome con un gran salón, lleno de muebles modernos, viendo a Martino sentado en uno de los sofás grandes que había, girando su cuerpo cuando me escucho bajar, cruzando nuestras miradas
— ¿Ya te despertaste mi amor?, ven siéntate conmigo, me alegro de verte tan bien ya que has dormido más de ocho horas seguidas — me dijo
— Sofía ya puede poner la comida, la señora se despertó — le dijo Martino a una señora que de pronto entró en el salón
— ¿Dónde me has traído? ¿Qué hago yo aquí? — pregunté
— Estás aquí con tu futuro esposo, acuérdate que aun tenemos que buscar ese bebe que tanto deseo que me des — me dijo
— Dime una cosa ¿porque no puedes dejarme en paz de una vez, no te entiendo Martino, sabes que yo no estoy enamorada de ti y que no deseo estar contigo, ¿qué es lo que no comprendes? — le pregunté
— Tranquila mi amor, aprenderás a quererme y a respetarme,