Me hago a un lado y ella entra. Cierro la puerta detrás de ella mientras se dirige torpemente al sofá.
—Honestamente eres mejor que tu hermano.
—¿Te coqueteó?
—Supongo que puedo llamarlo así. Parece realmente seguro de sí mismo —me río.
—Él dice que le gustan las mujeres mayores —ella hace una mueca, —tan asqueroso.
Ella se burla y abre la caja antes de sacar dos pastelitos y darme uno.
—Gracias —digo y le doy un mordisco, están tan buenos —¿quién los horneó?
—Lo hice —ella sonríe.
—Agradable y buen panadero, una muy buen