Ni te imaginas...
Naomi estaba en sus humildes aposentos, cedidos durante el viaje de Ulrich y Phoenix, para que estuviera más cómoda. Las sencillas tapicerías y la modesta cama contrastaban con la radiante belleza del vestido de novia que se estaba probando para el gran día. El vestido, hecho de lino, con faldas largas, mangas abullonadas y detalles discretos en color marfil, combinaba perfectamente con el estilo discreto de Naomi.
A su alrededor, las costureras verificaban minuciosamente el ajuste del vestido, ajustando y alineando cada detalle. Sin embargo, Naomi no dejaba de moverse, sus pensamientos vagando lejos, preocupaciones y ansiedades ocupando su mente. Una de las costureras, observando la inquietud de la novia, finalmente dijo:
"Necesita dejar de moverse, señorita, o el vestido quedará con el dobladillo torcido."
Naomi miró a la costurera y sonrió, forzándose a quedarse quieta.
"Lo siento, es solo el nerviosismo."
La costurera sonrió comprensivamente.
"Es normal que la novia esté nerviosa