Terminó en ese mismo instante la despedida de soltero y condujo hacia la casa con el corazón acelerado.
Cuando llegó, Sophi estaba descalza, despeinada y con el maquillaje corrido de llorar, sin que nada de eso le importara.
Rex se detuvo frente a ella, pero no se atrevió a abrazarla, porque en la