Sophia abrió mucho lo ojos cuando Meli dijo aquello:
—¡¿Y por qué no se casan aquí?!
—¿Eh?
Pero si ella casi había escupido el café, Rex se había quemado con él hasta el esófago y a alguien no le había pasado desapercibido.
—Mamá, entonces tendríamos que hacer una boda doble —respondió Sophia—.