—Yo solo tengo uno —sonrió Abby, acercándose y apretándose contra su cuerpo sin ninguna vergüenza.
—¿Cuál?
—Follarte.
A Rex se le salió la champaña hasta por la nariz de la impresión y ella sonrió con condescendencia mientras lo veía sacudirse el traje y mirarla como si fuera extraterrestre.
—¿P