—Papi, tengo miedo —dijo Sophia con un puchero.
—¿De qué, mi amor?
—Es que Meli es muy linda y buena. ¡Mira, todo el mundo la está mirando! ¡Seguro que todas las personas aquí se la quieren llevar también! —dijo la niña—. ¿Y si no se quiere ir con nosotros? ¡Tú eres malo con ella, papi! —lo acusó