—¿Estás bien?
—Sí, pero ¿viste? Te dije que es muy mala —murmuró Sophi—. ¿Y a ti por qué siempre te amenaza con echarte a la calle?
Amelie hizo un puchero muy similar.
—Bueno... sus papás pagaron mi escuela y ahora quieren que les devuelva el dinero. Así que les debo mucho —respondió Amelie y ens