Media hora después estaba como un pollo desplumado y solo escuchó un pequeño:
—¡Oh, oh! —de Sophi.
—¿"¡Oh, oh!" qué? —preguntó asustada y vio la cara de fingida inocencia de la niña en el espejo.
—Mi goma de mascar se me acaba de caer en tu cabeza... y creo que la acabo de peinar. ¡Ups!
—¡¿Que q