Amelie se dio la vuelta para ver a aquella pequeña.
—¿Sophia? —se sorprendió al verla y se agachó para abrazarla.
—¡Meli! ¿Viniste a buscarme? —preguntó la niña emocionada y Amelie sonrió mientras le acomodaba el cabello.
—No, nena, aquí trabajo. Pero es una linda casualidad encontrarte. ¿Cómo ha