Mundo ficciónIniciar sesiónEl palacio se transformó en fortaleza durante la noche. Guardias adicionales en cada entrada. Cámaras de seguridad instaladas en áreas que antes se consideraban privadas. Y el proceso más invasivo de todos: interrogatorios exhaustivos de cada miembro del personal.
Hassan había convertido el ala administrativa en centro de operaciones. Tres habitaciones funcionaban simultáneamente como salas de interrogatorio, cada una equipada con grabadoras, polígrafo opcional, y al menos dos agentes de seguridad entrenados en detectar mentiras.
—Ciento sesenta y tres empleados —reportó Hassan a Khaled y Mariana en la mañana del segundo día—. Eso sin contar guardias, que son otros ochenta. Vamos a e







