Las niñas emocionadas abrían las cajas de zapatos y de los tenis
¡Mamá! mis tenis huelen rico – dijo Gely –
¡No mami! Los míos huelen más rico – dijo Rossane –
No peleen, por favor, los dos huelen rico, sus tenis están hermosos. Yo no tuve tenis a su edad. – dijo Marian –
¡Mami! ¿podemos usarlos hoy? – preguntó Gely –
¡No!, los tenis y los zapatos son para la escuela, les compraremos otros para salir a fiestas ya en unos días. – comentó Marian –
¡Mamá! yo me los quiero poner ya, ¡mamá! ¡pónmelos! – lloró Rossane –
¡He dicho que no! Así que no llores hija – en modo serio hablo Marian –
¿iremos a una fiesta? – preguntó Gely –
¡Si hija!, viene la fiesta de 15 años de tu prima Georgina. – contenta hablo Marian –
¿y nos van a comprar otros zapatos? – volvió a preguntar la niña –
¡Así es! Y no solo zapatos, vestidos también – siguió diciendo Marian –
¡mamita! Yo quiero uno esponjado, como una princesa de verdad – dijo Rossane sollozando todavía –
¡No mamá! ¡Yo no! A mi me pican mucho esos