La vela titilante proyecta sombras deformadas en las paredes de piedra mientras mis ojos recorren las líneas torcidas del pergamino. Es un mensaje breve, escrito con una tinta tan oscura que parece absorber la luz.
"La maldición puede romperse. Pero todo poder tiene un precio. Busca la reliquia en las catacumbas. No confíes en nadie."
Mi pulso se acelera.
Esto es una trampa. O una oportunidad. O ambas cosas a la vez.
Aprieto los dientes y miro alrededor, como si la tinta misma pudiera delatar quién la envió. Nadie en este castillo me ha dado razones para confiar, y sin embargo, mis dedos se aferran al pape