POV: AIRYS
— Fenrir está enloquecido con esto. — La voz ronca de Daimon vibró cerca de mi oído, cargada de una amenaza seductora que erizó mis vellos. Una sonrisa osada se dibujó en sus labios perfectamente esculpidos, de esa forma que solo él sabía hacer, como si estuviera en control de todo… y lo estaba. Sin aviso, deslizó su mano cálida y firme sobre la mía y la condujo hasta su pecho.
El calor de su cuerpo era absurdo, casi febril. Debajo de mi palma, los latidos estaban acelerados y salvajes, como si el lobo dentro de él estuviera listo para romper la carne y tomarme por completo.
— Por eso te sentimos tan intensamente, — continuó, manteniendo los ojos clavados en los míos con una intensidad cortante. — Esta fascinación, este vínculo… Mi pequeña.