Después de que me pidiera que fuera su novia, lo único que quería era ir con él para celebrarlo, pero él quiso que me quedara a pasar la tarde con José, tal y como lo tenía previsto, además mañana es sábado y él me prometió que lo celebraremos estos dos días libres.
— Te gané— le digo a José.
— Me ganaste, así que pide lo que quieras.
— Lo haré, pero no ahora.
— Está bien— me sonríe.
Oficialmente, era la novia de Abel Molina y eso me hacía muy feliz.
— Me di cuenta de que ese hombre te ama— suelta, José, mientras nos acomodamos para ver una película.
— Después de tanto tiempo mi corazón volvió a enamorarse, creo que ahora entiendo cuando dicen que del odio al amor solo hay un paso.
— Sé fel