Mundo de ficçãoIniciar sessãoMientras las últimas casas de la ciudad se alejaban Lara supo que no la extrañaría. Los Ángeles había sido su ciudad tanto como lo habían sido muchas otras: un lugar de estadía por no más de uno o dos años, un sitio donde alguna persona importante tenía su villa de descanso, su enorme mansión deshabitada cayéndose a pedazos; y llamaba entonces a sus padres para que la restauraran y administraran, para que la hicieran de nuevo próspera y envidiable. “Habitable”, por desgracia, no era un concepto coherente en el pensamiento de los ricos, todas y cada una de sus posesiones tenían que ser envidiables.
Emma comprendió instantáneamente la mirada de Lara y la pregunta nació con una nota de intranquilidad.
—¿En serio no echarás de menos este sitio?
Lara había nacido en Boston, Massachussets; y a los cuatro añ







