— Harvey, en algún momento tendré que marcharme para entender lo que el destino tiene reservado para mí y por qué la oscuridad está tan interesada en mí. — Lo miré con determinación, decidida a obtener las respuestas que tanto buscaba.
— Eres interesante porque tu madre prefirió la magia a su propia hija - Rugió con intensidad, haciendo que las lágrimas llenaran mis ojos. — Deja de buscar justificaciones para la maldad humana, no las encontrarás.
Bajé la cabeza, las lágrimas corriendo mientras enfrentaba la dura verdad.
— Aun así, buscaré toda mi historia. — Suspiré, secando una lágrima mientras respiraba con cuidado debido al dolor.
— Me perteneces, humana, y no irás a ningún lugar si así lo deseo. — Afirmó, levantándose con determinación.
— No, Alfa… No tienes ese derecho. No puedes privarme de eso. — Gruñí, levantándome con esfuerzo, pero el dolor me hizo gemir y sentarme nuevamente.
Se acercó, dando pasos firmes, levantando mi mentón para mirar sus desafiantes ojos. Mantuvimos la