— Estén alerta, no estamos solos. — Gruñó el alfa, husmeando alrededor.
Hice lo mismo, mirando al cielo y viendo la silueta de la bruja sombría, cuya risa resonó poco después.
— Miren, visitas en nuestra ilustre morada… — Dijo la bruja sombría, divertida, invadiendo el ambiente con su oscuridad. Sus ojos opacos estaban aún más drenados, la piel más deteriorada, con venas oscuras brotando del cuello.
— Te ves fatal, bruja. — Provocó el rey Lycan.
— Lobo maldito, nunca estuve mejor… Y tu hijo, ¿cómo está? Oh, sí, ¡se convirtió en un títere de nuestro rey! — Se rio, provocando un gruñido alto de mi parte, mostrando mis colmillos. — Oh, Luna, cálmate, pronto te unirás a nosotros.
— ¿Qué quieres decir con eso? — Rugió el Alfa.
— Como puedes ver, mi envoltura ya no soporta mis poderes, necesito una nueva. — La bruja sombría se divertía. — Y ahora que el rey Sombras ha obtenido un juguete más poderoso que tú, híbrida, ¡puedo usarla como quiera!
— Solo sobre mi cadáver. — Rugí amenazadorament