Después de una reconfortante ducha junto a Renzo. Compruebo que, efectivamente, nada de mis pertenencias que había dejado aquí, han sido removidas.
Así que, tomo unos vaqueros, un top, cuello alto, sin mangas y encima, me pongo una ligera chaqueta.
Ajusto mis sandalias y salgo de la habitación de Renzo.
Bajo y lo encuentro sentado en la mesa del desayuno. Cuando me ve, su sonrisa se expande y no sé, si esto en realidad está sucediendo o es un sueño.
—Veo que ya estás listo para la oficina, —comento al verlo con su traje.
—Primero, quiero ir contigo al hospital.
Me siento junto a él y enciendo el móvil que estaba cargando.
Los mensajes llegan e iluminan la pantalla. Pero, los ignoro cuando Brandon sale de la cocina y me mira con una sonrisa titubeante.
—Hola, Brandon —espeto.
—Es bueno verla después de todo.
Me rio.
—Sé que extrañaste pelear conmigo —le guiño y este se sonroja.
—Me alegro de que esté aquí.
—La verás muy seguido —replica, Renzo, antes de alargar su mano y tomar la mía