Mundo ficciónIniciar sesiónTamara despertó en una caja de vidrio.
Ese fue su primer pensamiento cuando la consciencia regresó dolorosamente: no era habitación, no era celda. Era caja. Transparente, pequeña, cada centímetro visible desde afuera.
Se incorporó con dificultad, el cuerpo doliendo por los efectos residuales del gas. Y cuando su visión se aclaró, vio que no estaba sola en su pesadilla.
Cinco cajas más formaban un círculo en una sala estéril. En cada una, un miembro de su grupo: Damián, Valentina, Gabriel en cama con equipo médico básico, Lorenzo, Mei Ming. Todos despiertos. Todos mirándose mutuamente con horror creciente.
—¿Pueden oírme? —gritó Tamara, golpeand







