Rafael terminó de arropar a sus gemelos, ese par de diablillos le pedían que les leyera un cuento, y de ese cuento le preguntaban todo lo que podían, eran unos niños muy curiosos.
Emma ya se estaba quedando dormida cuando sintió que su esposo se metió en la cama. Pero no solamente se metió entre las sábanas, si no que también pasó sus manos por su cintura, comenzó besando su espalda hasta llegar hasta sus labios.
El atractivo CEO de ojos verde esmeralda deseaba hacer el amor con su mujer.
— Hmmm.... Cariño, es muy tarde ya, mañana tienes que madrugar...
— Me importa un carajo que mañana tenga que salvar el mundo, está noche quiero hacerte mía.
El positivo CEO atrajo hacia él a su esposa, la hizo montarlo, y que buscara su placer, el disfrutaba haciéndola gemir de éxtasis con sus caricias, con sus besos y sus embestidas.
A la hermosa pelirroja el sueño se le quitó, a quien no si un hombre tan atractivo te hace llegar al cielo.
— Rafael, debes ponerte... Debes ponerte