Capítulo setenta y dos
Te tengo
*Stella Di Lauro*
Observo el nombre en la lápida y me sorprendo al sentir pena. Pensé que su muerte me daría mayor regocijo, pero no, solo siento alivio por no volver a verle y lástima por alguien cuya ambición desmedida le llevó a la tumba.
Ni siquiera lo velaron, puesto que no tenía nadie que lo llorara e incluso ahora, el padre y yo somos los únicos asistentes.
«Patético»
Me cuesta cumplir mi promesa y me reprendo por sentir compasión por alguien que liberó mi peor pesadilla, sin embargo, me recuerda que soy humana y que por mucho que me junte con el Diablo, sigo siendo yo.
—Buen viaje al infierno, imbécil.
Me coloco las gafas oscuras y me marcho sin siquiera esperar a la bendición del sacerdote. A ese muerto nadie puede excomulgarlo de sus pecados.
Giro las llaves, tomo una profunda respiración y emprendo en camino hacia mi nuevo objetivo.
Bajo del auto con la mayor seguridad que puedo mostrar en estos momentos y al ver lo que busco, finjo mi me