POV ANGELA.

Era una semana desde que se lo habían llevado, y la frustración me corroía por dentro. No tenía información precisa sobre dónde estaba Bruno. Lo único que había logrado era desencadenar una guerra entre italianos y turcos. En solo siete días, esas dos mafias sufrieron pérdidas millonarias en bienes. . . sin contar las vidas que se perdieron.

Los líderes del grupo de Bruno no estaban contentos con que fuera yo quien estuviera al mando. Podía ver eso en sus miradas, en el silencio incómodo que se hacía presente, y en cómo se transmitían información en susurros cada vez que yo entraba. Pero ya les había dejado claro que, mientras él estuviera ausente, yo tendría el control total.

Recuerdo. . .

Fue convocada una reunión de urgencia por los líderes de la mafia rusa. Entré en el oscuro salón de madera del hotel donde solían reunirse. En cuanto sonaron mis tacones sobre el suelo, comenzaron los murmullos. No me afectó. Fui directo a la cabecera de la mesa y me senté allí, en el