¿LA HERMANA... HIZO TRAMPA?
Dalila Weber se quedó en silencio.
Ni siquiera podía empezar a imaginar cómo reaccionaría Artemisa.
—¿Q-Qué?—, Artemisa se sorprendió de nuevo. —¿Eres mi cuñado?—
Miró a Dalila Weber como un niño perdido en un cruce. —Hermana, ¿qué pasa? ¿No es mi cuñado Camell? ¿Qué pasó?—
La expresión de Albert Kholl se oscureció un poco cuando lo escuchó mencionar a Camell.
Su mirada solemne era intimidante.
Artemisa se encogió inmediatamente.
Dalila Weber lo adoraba muchísimo y al instante se giró para mirar a Albert Kholl con enojo al ver lo asustado que estaba. —¿Por qué asustas a Artemisa? Todavía es un paciente—.
En ese momento, sin embargo, le tenía menos miedo a Albert Kholl.
Al ver lo protectora que era, Albert Kholl dijo: —Es muy tímida. ¿Es esto obra tuya?—
—Eres tú quien da demasiado miedo—. Como alguien de —naturaleza protectora—, Dalila Weber se había vuelto mucho más valiente que antes. Le respondió: —Artemisa no suele ser tan tímida—.
En la cama del hospital.
Artemisa