Respiro lo más profundo que puedo y me dirijo a las escaleras. Intento buscar a Gabriella, pero ya no estaba por el pasillo.
Subo las escaleras sin mirar atrás. En cuanto llego al pasillo, corro a mi habitación y cierro la puerta. Empiezo a pasear de un lado a otro, sin saber qué hacer.
Me aterrorizaba sólo imaginar a ese hombre tocándome... de nuevo.
Dos golpes en la puerta y mi corazón se detiene.
— Hola.
Cierro los ojos y vuelvo a respirar profundamente antes de darme la vuelta.— Hola. — Intento sonreír.
Él seguía siendo tan horrible como lo recordaba. Era alto, tenía una barba desaliñada y raída. Sus ojos estaban negros y sin vida. Hoy llevaba un traje, pero se notaba que no era Armani. En su cara había una fea cicatriz.
— Soy Donald.
Lo sé.
— Tiffany.
Su asquerosa sonris