Patricia tomó una ducha y se arregló con toda la lentitud que le dictaba su razonamiento, todo con la intención de retrasar el momento de ir a la habitación de Enzo a decirle que saldría para reunirse con el señor Ko.Luego de verse varias veces en el espejo para no parecer demasiado arreglada, caminó a paso lento al encuentro con Enzo. –Hola, ¿puedo pasar? –Sí, por supuesto, estás en tu casa, el huésped soy yo. –Venía a decirte que voy a salir. –¿A salir? Bien, ¿ya le avisaste a Héctor? –Sí, ya le avisé. –Perdona, pero…, ¿puedo saber adónde vas?Patricia sintió un ligero escalofrío en todo el cuerpo ante la pregunta que había estado temiendo, aspiró profundamente para tomar valor y finalmente respondió: –Ko, el socio coreano del proyecto de Tailandia, vino a la ciudad y me citó porque desea hablar conmigo. –¿Y eso? ¿Habrá algún problema con el proyecto? –indagó haciendo gala de una excelen
Apenas dijo la frase, Enzo cerró la llamada, alterado por haber perdido el control de sus emociones, ¿qué había dicho?, era la segunda vez que hablaba de amor con respecto a Patricia.William estaba en la puerta de la habitación, apoyado en el marco de la misma, con los brazos cruzados, había escuchado parte de la conversación, él era irreverente, hablaba sin filtro, su desparpajo era característico, así que no le costó nada decirle a Enzo: –Patricia está consciente de todo lo que puedes ofrecerle... y tú también, ¿qué? –¿Qué haces escuchando conversaciones privadas? –La puerta estaba abierta. Enzo, no soy romántico y menos esa mierda de Cupido, pero esa chica es la horma de tu zapato, tiene carácter, determinación y una seguridad que no le vi nunca a Marilyn. –¿Estás abogando por Patricia? –A ella sí pudiera considerarla jefa, las otras yo las veía como tus acompañantes de una noche y a la rubia siempre la vi como tu mujer,
Unos toques en la puerta los sacaron bruscamente de la burbuja en la que se habían sumergido. Ambos caminaron hacia la entrada, Enzo abrió y ahí estaba William con una rara expresión de preocupación en su rostro. –¿Qué pasa? –Cuando llegaron al lugar del operativo, estaba en llamas y adentro solo encontraron cadáveres calcinados, uno de los cuerpos tenía características similares a las de Adia Gutiérrez, están asumiendo que murió allí. –Nuevamente fue avisada de que iban por ella, esa escena es preparada, Adia no murió allí, es lo que quiere que piensen para que dejen de buscarla. Haré una llamada.Enzo tomó su teléfono y se aisló un poco para hablar con confianza. –Supongo que ya sabes lo que pasó. –Y yo supongo que no te lo creíste. –Tengo que hacer mi papel, ahora mismo no sé quién pudo haberle avisado y darle tiempo suficiente para preparar lo que encontré aquí. –¿Entonces? –Adia Gutiér
Patricia estaba muy angustiada al oír a su hijo quejarse y llorar, sabía que debía ir al hospital, pero se debatía con ella misma ya que no tenía dinero para cubrir su atención, al mismo tiempo sabía que no podía dejarlo así, se armó de valor y salió con el niño envuelto en una manta, lo oprimía contra su pecho para transmitirle una calma que ella misma estaba muy lejos de sentir, iba maquinando las mil y una maneras de lograr que algún médico atendiera a su pequeño tesoro, estaba dispuesta a ofrecer sus servicios como empleada doméstica si era necesario.Caminó unas cuantas cuadras con la criatura sujeta fuertemente con sus brazos, el dinero que tenía en ese momento solo le alcanzaba para un autobús por lo que al fin llegó a la parada donde tomaría el que la dejaba muy cerca de la entrada del hospital, escuchaba el llanto quedo y lastimero que salía de su bebé, su razón de levantarse cada mañana a enfrentar el mundo. –Tranquilo mi pequeño, ya vamos camino al hospital y en
Al día siguiente, apenas llegaron sus padres al hospital ella se fue a trabajar, entró, se colocó el uniforme e inició su labor bajo la lasciva mirada de su jefe, cuando no había clientes aprovechaba de revisar los anuncios y logró resaltar unos cuantos, en la tarde iría a los más cercanos, afortunadamente tuvo algunas buenas propinas y tenía para el traslado.Terminó su turno y esperó un poco hasta que cesara la lluvia que había caído por mucho tiempo ese día, se encontraba en la acera esperando para tomar el autobús cuando un auto pasó a toda velocidad y la salpicó completamente arruinando su ropa, ella le lanzo una mirada asesina al conductor del vehículo, mientras el mismo la observaba por el espejo retrovisor y sonriendo decía: –Mujer, eso te pasa por estar mal ubicada en la calle.No le quedó más alternativa que regresar a la cafetería, el dueño la vio entrar empapada y le ofreció el baño privado de su oficina para que se cambiara, lo cual ella rechazó enfáticamente
Enzo se encontraba con un humor de perros desde que el abuelo le dio fecha límite para cumplir con el dichoso matrimonio que organizó con su antiguo compañero de la armada, de no ser porque es la única persona que merecía su aprecio y respeto, definitivamente mandaba todo a la mierda, bastante tenía con soportar las críticas de todos los que lo consideran un inútil, aunque debía reconocer que eso era muy conveniente, así nadie interferiría en su verdadera vida.Acababa de recibir la orden de su abuelo para casarse y salía del edificio de la empresa familiar porque tenía una importante reunión en otro lado y una chica extremadamente torpe manchó su traje, se había cegado y estuvo a punto de golpearla, aun cuando estaba en el suelo, pero su mirada gris le caló y eso lo detuvo, se había perdido en sus ojos, solo así se salvó de la furia que lo invadía en ese momento.Ahora que los Gutiérrez Zambrano se comunicaron con la familia Villalba Reyes avisando que ya su hija estaba lista para ca
Lo siguió a duras penas, debido a sus grandes zancadas casi tuvo que correr para estar a la par de él. La llevó a una casa grande y muy bonita, le presentó a una señora diciendo que la ayudaría con las labores del hogar y la obligó a subir unas escaleras, era una casa de dos pisos que apenas pudo detallar porque seguía tirando de su mano escalones arriba.Al entrar a una habitación muy amplia y escasamente amoblada, se detuvo en seco mirándolo interrogante. –Vamos a aclarar las cosas de una buena vez –dijo Enzo con arrogancia. –Me parece perfecto –no iba a permitir que pensara que ella era una tonta indefensa, era fuerte, valiente y se lo iba a demostrar. –Delante de terceras personas fingiremos ser un matrimonio real y feliz, pero yo continuaré con mi vida y espero que no me estorbes, quiero que tengas muy presente que solo me casé contigo para complacer a mi abuelo, así que no creas que voy a jugar a la casita feliz contigo, tú no te metes en mi v
Había llamado a la señora Adia por teléfono y le informó que iba camino al hospital por lo que le pidió encontrarse allí, necesitaba concretar todo con ella, luego de despedirse del médico, Patricia estaba muy cerca de la entrada pendiente de su llegada y al verla se acercó: –Buenos días señora Adia, gracias por venir, se imaginará el motivo por el que la llamé, necesito que me entregue el dinero de inmediato para iniciar los trámites de la intervención de mi hijo. –Sabes que he estado pensando al respecto y realmente tú deberías estar muy agradecida conmigo porque te conseguí la entrada directa a una de las familias más prestigiosas del país. –De acuerdo, se lo agradezco mucho, ahora por favor me da el dinero que me prometió –la apremió impaciente. –Te voy a facilitar las cosas aún más, olvídate del niño y vive tu nueva vida junto a Enzo Villalba Reyes, estoy segura de que su familia no te dejará desamparada. Ese niño solo será un obstá