Una vez que tenían servidos sus respectivos desayunos, tomaron asiento en la barra de la cocina y Enzo tomó la palabra:
–Comenzaré por decirte que, finalmente accedí a la orden de mi abuelo y me casé con la hija de los Gutiérrez-Zambrano.
–¡Carajo! Eso no me lo esperaba, y…, ¿qué tal?, ¿cuál fue tu primera impresión de tu esposa?
–La mujer con quien me casé no era la verdadera Katia Gutiérrez.
–¿Perdón? –preguntó Greg asombrado y a punto de ahogarse con el jugo de naranja.
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