50. Una chispa. Una fuerza que no se rinde.
POV Emilia.
—Vamos a traer a esta pequeña al mundo. Cuando te sientas preparada, me avisas y vas a pujar —dice el doctor con firmeza, aunque su voz intenta sonar tranquila y dulce.
Pero sus palabras se pierden, lejanas, como si vinieran desde un túnel lleno de eco. El dolor me nubla todo. Me atraviesa las caderas como si me partieran con un hacha. Es tan profundo, tan crudo, que ni siquiera puedo gritar como quisiera. Solo jadeo… y me duele. Me duele hasta respirar.
El sudor me empapa la frente, se desliza por mis sienes y se acumula en el cuello como si mi piel intentara expulsar el dolor. Mis piernas tiemblan, aunque están sujetas con firmeza, y mis manos se aprietan con fuerza.
Siento fuego en la espalda baja. Como si todo mi cuerpo se desgarrara desde adentro.
—Vamos, Emi, tú puedes —me dice Ruth, con su voz temblando de emoción y miedo, aferrada a mi mano como si pudiera transferirme su fuerza.
—No… no voy a poder —sollozo. La garganta me arde. El nudo que tengo dentro no deja pa