27. Estoy perdida.
POV EMILIA.
Me despierta el sonido irritante de mi teléfono.
Todo me da vueltas, como si estuviera atrapada en una montaña rusa sin frenos.
—No sé qué carajos... —susurro, tratando de calmarme.
Intento moverme, pero algo fuera de lo normal detiene cada intento. Mi corazón se dispara, como una alarma activada en plena noche.
Entonces lo siento. Unos brazos fuertes rodean mi cintura.
Me envuelven.
Me aprisionan.
Mi rostro reposa sobre algo duro… y, al mismo tiempo, absurdamente confortable.
Mi piel reconoce, antes que mi mente, el calor masculino que me rodea y desea continuar ahí.
Pero mi conciencia empieza a reaccionar al ritmo armonioso y constante de los latidos de su corazón. Ese sonido… sincronizado, firme… peligroso. Cada pulsación resuena dentro de mí como una advertencia que no quiero atender.
Las imágenes regresan como un remolino. Y no, no fue solo el hecho de estar en sus brazos.
No fue solo comportarme como una mujer necesitada y hambrienta de placer.
Eso, al final… es lo d