POV Alec Smirnov

—¡Aaaay! ¡Aaaay! —escucho los gritos desgarradores de Roxana.

Me despierto sobresaltado y, sin perder tiempo, tomo el control remoto y enciendo la luz. Ella está a mi lado, agitándose entre las sábanas, su rostro bañado en sudor.

—Roxana, despierta —la llamo suavemente, pero no reacciona.

Solo gime y grita, perdida en medio de la fiebre que la consume, y yo sin saber lo que está ocurriendo.

Cuando retiro las sábanas, la imagen que veo me destroza. Un charco de sangre se extiende bajo su cuerpo, empapando las sábanas como un mal presagio.

Corro a la puerta y la abro de golpe.

—¡Que venga el médico, ya! —grito con desesperación.

El guardia ni siquiera pregunta; simplemente corre a cumplir la orden.

Regreso junto a Roxana con las manos temblorosas y el corazón martillándome el pecho. Me siento impotente… frágil… aterrorizado.

Y entonces lo veo.

Mi pequeño yace inmóvil entre la sangre. Su diminuto cuerpo aún está unido a su madre por el cordón umbilical, pero su pecho per