15. Libertad.
POV Amira.
Nuestras vidas cambiaron gracias al Príncipe Alec. Él es un hombre noble, aunque su rostro severo y su mirada imponente hagan que cualquiera quiera apartarse a su paso. No es alguien fácil de leer. Pero bajo esa armadura de hielo… hay un gran corazón justo.
Cuando nos concedió la libertad y aprobó el matrimonio entre Baza y yo, fue el regalo más grande que Alá nos pudo conceder. El fin de nuestras cadenas… y el comienzo de una vida nueva.
Pero ahí no se detuvieron sus bendiciones. El Príncipe nos envió a Milán. A Europa. Para cuidar a la señorita Emilia.
Flashback
—Aquí tienen las cartas de libertad. También el acta que los une como esposos.
Baza me miró y tomó mi mano. En muchas ocasiones lo había visto por los pasillos del palacio, y alguna que otra vez nuestras miradas se cruzaron. Pero nunca más allá. No podíamos. En nuestra cultura, eso puede ser visto como una ofensa. Como un atrevimiento. Un gesto tan simple… podía sellar un destino.
Ahora estábamos frente al hereder