30. Su copia.
POV Pamela.
Mi vuelo se adelantó. Acabo de llegar y lo único que deseo es un baño caliente. Aún no entiendo... o tal vez sí, por qué Emilia cambió la hermosa y vibrante ciudad de Milán por este rincón gélido llamado Calgary, en Canadá.
Aunque claro que lo sé. Fue por su negocio de cosméticos. Adquirió las instalaciones aquí, por recomendación de Leandro Petrovic, el esposo de Ruth y de Baza, su eterno asesor comercial. Todo muy estratégico. Muy Emilia.
La verdad, no tengo ganas de pasar por un hotel. Lo último que quiero es cruzarme con extraños. Así que voy directo a su casa.
Necesito dormir... y olvidarme del mundo un par de horas.
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La ama de llaves me abrió en plena madrugada. Apenas crucé la puerta, me dijo que Emilia había salido muy temprano, y que Baza la había llamado para asegurarle que estaban bien, que regresarían en la tarde.
Perfecto. Silencio. Cama. Sábanas limpias.
Aprovecho y me dejo caer como una piedra. Duermo unas horas más.
A las 12:30, el son