¿CÓMO DECIR QUE NO?
ANA LUCÍA GAITAN
Eran cerca de las ocho de la noche cuando el ruido del motor de un coche me trajo a la realidad. Llevaba cerca de media hora absorta en pensamientos que realmente no me estaban conduciendo a ninguna parte.
Con el corazón disparado, y los nervios hechos un manojo me levanté de un salto. Alisé la falda del vestido sencillo que llevaba y me peiné rápidamente con las manos y sin tener un espejo en que mirarme.
Abrí la puerta creyendo saber quien era quien llegaba a esta hora en cierto Bugatti de color negro. Si él sentía la misma necesidad que yo por sus besos no era de extrañar que hubiera regresado buscando más.
Y si… vestido con un traje negro a la medida, que le quedaba jodidamente sexy remarcando el ancho de sus hombros y su espalda, se bajo de modo ágil del coche Eduard de Amber, mi Eduard, el puto príncipe de la noche.
Le sonreí y si no me hubiera parecido extremadamente cursi el lanzarme corriendo a sus brazos, sin dudas lo hubiera hecho