114- He dejado a mi esposa en Turquía para acompañarte.
Al terminar el evento, Cloe realmente deseaba llegar a su camerino y encontrar a Sebástian esperándola para hacerle el amor, sin embargo, no fue así, solamente encontró las rosas y la tarjeta que le recalcaba que solamente era la madre de su hijo.
En el estacionamiento, una pareja de lo más animada se dirigía a un auto de lujo, al mirar para atrás, pudieron ver a Cloe que los seguía.
-Señorita Mía, creo que nos viene siguiendo, que gusto verla tan pronto, dijo Aisha, ahora sí me despediré de usted como corresponde, dándole un abrazo que se sintió sincero, mismo que fue correspondido por Cloe de la misma manera, hasta luego, me dijo Sebas que iríamos por un café en estos días, me encantaría conocerla mejor; Sebástian le abrió la puerta del auto y Aisha subió.
Al cerrar la puerta, Sebástian tragó ligeramente al ver la muñeca de Cloe, llevaba puesto el reloj que le había regalado por el nacimiento de su hijo; él queriendo parecer que no se había dado cuenta, le extendió nuevamente su man