—Es tu primer cumpleaños en la jungla… —mis ojos se torcieron y negué hacia Sara que estaba en la pantalla.
—No es una jungla Sara, es África, y me vuelvo mañana…
—¿A Rusia?
—Obvio no, a Estados Unidos… haremos una campaña en nuestra ONG, y luego nos enviarán a diferentes lugares… creo que extrañaré este lugar… —Sara arrugó su boca.
Ella era un snob, con mucho egocentrismo y la pisca de ironía que destacaban a los Kozlov, a excepción de mi querido amigo Sergei, que lo sacaba de todo ese saco.
Sin embargo, Sara era como mi hermana, y vivir sin ella, era imposible.
—Creo que dormiré…
—No… no antes sin… ¡Cumpleaños, feliz! ¡Cumpleaños… a mi hermana querida de otros padres… cumpleaños… feliz!
Sonreí a la pantalla mientras mis ojos se nublaron un poco.
—Te amo, Sara…
—Y yo te amo a ti pelusita… ven a Rusia pronto… te lo pido por favor…
—Trataré…
—¿Tratarás? Ayudas a gente que ni conoces… y ¿tu hermana?
Solté el aire.
—Haré lo posible.
—Eso no me gusta…
—Iré… ¿Ok? ¡Iré! —Sara pegó un grito