Mundo de ficçãoIniciar sessãoSiberia en invierno no perdona debilidades, y las tres mujeres en ese avión cargaban demasiadas.
El Cessna Citation aterrizó con un rugido ensordecedor sobre la pista improvisada, una franja de hielo compactado que se extendía entre los pinos siberianos como una cicatriz blanca. Valentina sintió cada vibración del fuselaje atravesar su columna vertebral dañada, cada sacudida un recordatorio cruel de lo que había perdido en Malta. A su lado, Lucía se aferraba al asiento con nudillos blancos, su herida del hombro enviando ondas de dolor con cada turbulencia.
—Cincuenta kilómetros hasta la dacha del General —anunció Isabella desde la cabina, su voz tensa pero controlada—. La temperatura exterior es de menos treinta grados Celsius.
Valentina observó por la ventanilla el paisaje desolado que se extendía hasta el horizonte. Pinos cubiertos de nieve se alzaban como cen







