Mundo ficciónIniciar sesiónEl helicóptero de Dimitri ganó por exactamente siete segundos: la diferencia entre salvación y condena.
Las aspas cortaron el aire matutino mientras Isabella sostenía a Valentina contra su pecho, ambas empapadas y temblando en la superficie del Mediterráneo. El agua salada quemaba la herida del hombro de Valentina, pero el dolor se desvaneció cuando vio las cuerdas descendiendo hacia ellas como líneas de vida.
—¡Agárrense fuerte! —gritó Morrison desde la cabina.
El yate de Damián emergió de la bruma como un depredador, sus cañones ya orientados hacia el helicóptero. El primer disparo rozó el fuselaje con un chirrido metálico que hizo que Morrison maldijera en tres idiomas diferentes.
—¡Suban! ¡Ahora! —rugió Dimitri por el intercomunicador.
Isabella enganchó el arnés alrededor de la c







