Mundo ficciónIniciar sesiónLas luces de Frankfurt parpadeaban más allá de los ventanales del piso cuarenta y cinco como constelaciones artificiales que nunca habían conocido la oscuridad verdadera. Diego cerró el último expediente de la jornada, pero el cansancio que sentía no provenía de las horas trabajadas sino del peso constante de fingir que esta vida le pertenecía.
Seis días había transcurrido desde su regreso, seis días de reuniones donde cada palabra era medida, cada gesto evaluado por Elena desde la oficina contigua. Podía sentir su presencia a través de las paredes, una vigilancia constante que se disfrazaba de eficiencia administrativa. Los documentos que revisaba, las llamadas que hacía, incluso las pausas para café, todo pasaba por el filtro invisible de The Council.
El edificio de Cortés Global se había vaciado hace horas. Los pasillos de mármol blanco reflejaban únicamente la luz de emergencia, creando sombras alargadas que se extendían como dedos acusadores. Diego se aflojó la co







