CAPÍTULO 8. Halagos peligrosos
CAPÍTULO 8. Halagos peligrosos
No hubo alma que no se estremeciera en el set cuando aquella bofetada resonó, y la preferida fue a parar al suelo. El Director Wang fue el primero en ponerse de pie, con toda la disposición de gritar: “¡CORTEN!”, pero una mano de Grayson sobre su hombro lo hizo sentarse de nuevo con un gesto brusco, mientras se llevaba un dedo a los labios como indicación de que se mantuviera en silencio y dejara continuar la escena.
Y aquello no se terminó hasta que fue Beatrice la que olvidó la improvisación y hasta que estaban filmando para salir por donde no era, sosteniéndose la cara y gritando como si otra niña del colegio le hubiera tirado de las trenzas.
—¡Corten! —gritó Wang tratando de disimular y enseguida se acercó a Beatrice, que era un mar de lágrimas.
—¡Me pegó! ¡Oh, por Dios, me pegó de verdad! —chilló haciendo un berrinche digno de una chiquilla, y mal que le pesara, Grayson no pudo evitar comparar el estoicismo con que Serena había soportado todas las b