Era domingo y como todos los domingos del año, acompañaba a Chloe al mercado de granjeros.
Tenía un pequeño puesto donde vendía su propia linea de mermeladas sin conservantes, completamente orgánica, también vendía frutas de temporadas y tarros de miel.
—Aquí tiene, que lo disfrute.—le entregué los tarros de mermelada a la amable señora, tomé el dinero y fui hasta donde Chloe mientras contaba los billetes.
—Hoy no nos fue tan mal.—tomó los billetes que le estaba entregando y los guardó en la cajita de madera que tenía sobre el mostrador.—Vendimos casi todo.
—Fue un buen día.—asentí tomando una banana y le saqué la cascara para darle una mordida.
—¿Asher no te ha llamado?.—negué.—Con razón...—murmuró con una sonrisa y fruncí e