BARCLAY
—¡Debe ser una jodida broma! Eres buena —exclamo al ver como llevo toda la noche intentando ganarle a Mandy o como le gusta que le digan; Miny, en el póker.
Cuando la azoté en el callejón el trato para meterle mi polla era que ganara, era bueno pero ella, joder, era una maestra. Y ahora estaba en su departamento de mierda a solo dos calles del restaurante de su primo Brandon. ¿Cómo es que el Boss llegó a esto?
—Lo siento macho, has perdido, lo que indica que te quedas sin meter tu verga en mi coño.
La muy orgullosa se pone de pie y gira, restregando su culo en mi visión.
—Co