Capítulo 45. No voy a caer.
Danilo no necesitó más invitación. Con un movimiento fluido, se hundió profundamente en ella. Ambos gimieron al unísono ante la sensación de plenitud.
—Dios, eres tan estrecha y deliciosa —gruñó él, agarrando sus caderas con fuerza.
Comenzó a moverse, primero lentamente, saboreando cada centímetro. Luego, aumentó el ritmo, impulsado por los gemidos de placer de Marleni.
—¡Más fuerte! —suplicó ella, arqueando la espalda.
Danilo obedeció, embistiendo con más fuerza y rapidez. El sonido de sus cuerpos chocando llenó la habitación, mezclándose con sus jadeos y gemidos.
Marleni sintió que cada embestida la llevaba más cerca del éxtasis. Sus dedos se aferraron a las sábanas, buscando algo a lo que agarrarse mientras el placer la consumía.
—¡Oh, Danilo! ¡Sí, así! —gritó ella, sin importarle si alguien más podía oírla.
Los gritos y gemidos atravesaron las cuatro paredes, él respondió con un gruñido animal, aumentando aún más la intensidad de sus movimientos.
Sus manos recorrieron el cuerpo d