Danilo frunció el ceño - Ah, no… - De repente, alguien le llamó a lo lejos. Les dedicó una última mirada antes de regresar.
Pablo recompuso el cuello; mientras María se giró de nuevo para seguir su labor - ¿él es tu jefe? - preguntó confundida por la situación.
-No - dio otro paso - ambos somos los encargados de esta área. Los verdaderos jefes no se presentan muy seguido - luego agregó - no son cualquier persona - caminó sobre todo el lodo para luego saltar a la parte baja - bueno, seguiré con mi trabajo.
María ni siquiera se molestó en verlo alejarse; pero no pasó mucho tiempo cuando escuchó - oye - era una voz diferente - ¿por qué has venido a este lugar? - lentamen