El Sacrificio del Príncipe
El choque de espadas entre Calix y el Conde de Valois resonaba en la Plaza del Mercado, un eco de la batalla que se libraba por todo el reino. El ejército de Valois, desmoralizado por las deserciones y la inesperada resistencia de los plebeyos, comenzaba a retirarse. Pero el Conde, ciego de furia, solo tenía ojos para Calix, el hijo que lo había traicionado.
—¡Traidor! —rugió el Conde de Valois, su espada brillando en la luz tenue del amanecer—. ¡Has deshonrado nuestro nombre! ¡Pagarás por esto con tu vida!
Calix, con su espada, defendía con la agilidad de un príncipe, pero el Conde, un guerrero experimentado, lo superaba en fuerza. La ira de su padre, una fuerza imparable, lo empujaba hacia la derrota.
En la sala del trono, Kaida observaba la batalla a través del Espejo de las Visiones. Su corazón se encogió al ver a Calix en peligro. Conan, Orlo y Gonzalo, a su lado, sus rostros tensos, compartían su preocupación.
—Calix está en peligro —dijo Kaida, su voz