"Rafael"
Desperté con la sensación de una resaca, la cabeza palpitando y un sabor amargo en la boca. Necesitaba un baño, helado, y necesitaba a mi loca, la estaba extrañando, y ahora además tenía este caos instalado en mi casa. Aún no entendía cómo mi hija había llegado a ese punto de rebeldía.
Me di un baño largo, me refresqué la cabeza y después traté de hablar con Hana, pero no contestó, miré el reloj y aún era temprano para que saliera del trabajo, tomaría un café y le avisaría a Rubens que iría a buscarla.
Cuando salí de mi cuarto vi a Anderson de pie en el pasillo, mirando la pared, parecía en su posición habitual de seguridad, cara seria, brazos cruzados, piernas separadas, parecía no cansarse. Pero noté un sillón cerca de la puerta y una mesita de apoyo al lado, una idea que no tuve antes de ir a dormir, pero estaba bien, porque dudaba que se quedara doce horas de pie en esa posición.
Llegué a la sala y encontré a Rubia y Raissa conversando. Y sonrieron al verme.
—¿Descans