"Flavio"
El cumpleaños de Giovana el sábado había sido muy divertido, mi bajita había adorado y le gustó aún más cuando le mostré en casa que su marido no es ni príncipe ni princesa, es bruto y rústico justo como a ella le gusta. Y después de un fin de semana de paz y tranquilidad con mi familia, ¡estaba de vuelta en la delegación para mi última semana de trabajo antes de mis soñadas vacaciones! Pero ya estaba loco por volver a casa.
—¡No puedo creer que de verdad te vas a ir de vacaciones por un mes, delegado Flavio Moreno! —Bonfim entró a mi oficina con una sonrisa de oreja a oreja.
—Ah, mi delegado, ¡no veo la hora! ¡Quiero, necesito y estoy ansioso! —Sonreí y dejé la computadora de lado. —¿Cómo estuvo el fin de semana?
—Mírame. ¿Ves? —Preguntó pero yo no había visto nada diferente. —Mira, Moreno, mi piel radiante y exfoliada, estoy sin ojeras, totalmente relajado y ¡todavía escuchando aquel "tiiiimm" del tal cuenco tibetano en mi cabeza!
—Ay, gente, yo pensando que solo hay un