"Hana"
Rafael cerró la puerta del apartamento y me miró con aquella intensidad que dejaba mi corazón al galope. Caminó en mi dirección sin prisa, con aquella sonrisa linda y muchas promesas brillando en sus ojos.
—¿Sabes, verdad, cuánto me haces feliz? —Preguntó y yo sonreí, de hecho, ¡vivía sonriendo desde que este psicogato entró en mi vida!
—¡Tú también me haces feliz! —Él me abrazó. —Pero sabes que extraño aquella pared allá en la escalera del bar.
—¡Mira qué traviesa! Me gusta así, ¿sabías? Traviesa, atrevida, llena de ideas... —Me cargó. —Esta semana vuelvo a trabajar, puedes ir conmigo cuando quieras.
—¡Todas las noches!
—Ahí te vas a cansar mucho, mi loca, más ahora que tienes a nuestro bebé en la pancita. —Dio un beso en mi rostro.
—Rafael, ¿de verdad crees que voy a dejarte, guapo y buenote así, solo todas las noches en aquel bar?
—Ah, mira, ¡es celosa! —Él rió y me puso en la cama. —Sabes que no necesitas preocuparte, ¡solo tengo ojos, manos y boca para ti, mi loca l