"Flavio"
Sabía que Gregorio no iba a hablar por las buenas y sabía que Renatita iba a resolver este problema bien a su manera. Solo no sabía si Gregorio estaba preparado para recibir ese apretón, pero bueno, ya era su problema, mi parte iba a hacer, preguntar educadamente dónde estaban los otros.
—¿Dónde están, Gregorio? Y no te hagas el tonto conmigo, ¡porque están aquí! —Pregunté al acercarme y dio una sonrisa burlona.
—¡Busca, delegado! —Se encogió de hombros.
—Felicidades por el coraje, ¡pero noción no tienes! —Renatita resopló, agarró las bolas de Gregorio y apretó.
Apretó tanto que comenzó a llorar y se fue arrodillando, pero ella no soltó y siguió apretando y se arrodilló con él. Tenía certeza de que Gregorio estaba viendo a la muerte rondarlo, ¡porque aquello estaba doliendo!
—Consejo del día, coraje: ¡no me irrites! Ahora, arrodillado, ¡tienes que cantar! —Renatita habló con Gregorio, pero todavía estaba agarrada de sus bolas, que yo comenzaba a pensar que ya se habían d