"Flavio"
Estaba ahí frente a esos dos, dos hombres que detestaba y que pensé que no necesitaría ver de nuevo. Pero estaban ahí, cubiertos con el cinismo de siempre.
—No necesitas decir lo que ya imaginábamos, delegado. Ese hijo de puta de Pan con huevo abrió la boca, ¿no? Está bien, ya está muerto, es solo cuestión de tiempo que mi gente lo encuentre, no va a servir de nada haber cambiado al soplón de prisión. —Claudio estaba sonriendo, como si no hiciera ninguna diferencia para él lo que estaba pasando.
—Vamos a ver si tu gente logra encontrarlo, Claudio. ¿O debo llamarte Diablo? —Lo encaré y su sonrisa aumentó.
—Pues sí, para que veas cómo subí en la vida. —Soltó una carcajada. —Creo que hasta tengo que agradecerte a ti, a Catarina y a ese cretino de Alessandro, ¿no? Después de todo, ¡me encerraron aquí, en la universidad del crimen! Pero puedes llamarme Diablo, delegado, ¡soy yo en persona!
—Sí, quién diría que tendrías inteligencia suficiente para aprender algo. —Comenté y sol